domingo, 19 de abril de 2015

NIÑOS SOBREESTIMULADOS: NIÑOS SIN ASOMBRO

¿Qué ocurre cuando sobreestimulamos a los niños con el fin de que aprendan antes o de que “sean” más?
Cathèrine L’Ecluyer  expone en su  libro Educar en el asombro:
·         La sobreestimulación sustituye al motor del niño, y anula su capacidad de asombro, de creatividad, de imaginación.”
·         “La sobreestimulación predispone al niño a vivir con niveles de estímulos cada vez más altos.”
·         “El niño se vuelve hiperactivo, y necesita buscar entretenimiento o sensaciones nuevas cada vez más intensas.”

Estamos anulando la capacidad innata que tienen los niños de asombrarse. El potente mecanismo que supone la curiosidad por las cosas y que es el motor que incita al conocimiento.
guzmanlastra.com/
Queremos niños creativos. Se habla continuamente de fomentar la creatividad y el emprendimiento, la autonomía y la capacidad crítica y reflexiva, pero estamos educando niños a los que no les dejamos tiempo. A los que tenemos permanentemente ocupados en actividades académicas, extraescolares y lúdicas organizadas por nosotros. Niños sobreestimulados. Que aprenden rápido, sí, pero que se cansan igual de rápido. Estamos apagando el motor del asombro, ese que hace que un niño observe, se pregunte, indague y descubra.
Por eso el “aburrimiento” es el preludio de una parte importante del aprendizaje. Los niños necesitan conocer y disfrutar del tiempo no estructurado. Por dos motivos:
1.    Porque los niños necesitan tener tiempo libre para explorar el mundo exterior y también su mundo interno, lo cual es el primer paso para la creatividad.
2.    Porque los niños necesitan aprender a gestionar su tiempo, a saber qué hacer con él, y no vivir siempre con un “planning” de actividades que les elaboramos los adultos.
Si continuamente les tenemos entretenidos con actividades lúdicas y académicas “estructuradas”, con pantallas encendidas asegurando diversión en todo momento, jamás tendrán la oportunidad de seguir sus propias intuiciones, de buscar y encontrar sus aficiones y pasiones.
¿Cuál es la opción más adecuada para favorecer el desarrollo cognitivo natural de los niños sin sobreestimularlos?
1.    Deshacernos de aquellos estímulos que no son propios de la esencia del desarrollo infantil, y volver a ponerlos en contacto con aquellos que forman parte de su experiencia natural, no como adultos, sino como niños.
2.    No intentar adelantar su desarrollo, ni sus aprendizajes, y respetar su evolución natural con sus diferencias individuales.
3.    Asegurar aquellos factores que está demostrado que afectan de forma positiva al desarrollo del cerebro y al aprendizaje y la memoria: una dieta saludable, unos hábitos de sueño y descanso adecuados y un entorno emocional estable.
4.    Favorecer en la medida de lo posible el contacto con el entorno natural, que ha producido tantos beneficios en el aprendizaje de los niños durante siglos. La naturaleza nunca es rápida , ni estridente. Tiene un ritmo lento y está llena de maravillas, capaces de provocar el asombro y la curiosidad infantiles en todo momento.
5.    Favorecer el contacto social, en un entorno emocional equilibrado, donde la comunicación con los seres más allegados sea continua y profunda.
6.    No contestar a todas sus preguntas, y mucho menos reñirles por preguntar.
7.    Darles tiempo “no estructurado” y libre de estímulos artificiales. Un niño pensará los primeros 5 minutos que se aburre, pero su naturaleza de niño le llevará a inventar alguna forma para entretenerse.

Si seguimos permitiendo que nuestros niños sean incapaces de inventar, de asombrarse y de descubrir, de gestionar su propio tiempo…, estamos abonando el terreno para unos adultos poco responsables y muy conformistas, acostumbrados a funcionar por las actividades que les programan los demás y nada familiarizados con la paciencia, la calma y el tan necesario “silencio interior”.
AUTORA: Beatriz Montesinos @conticycorazon

No hay comentarios:

Publicar un comentario