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lunes, 2 de septiembre de 2019

INICIAR EL AÑO ESCOLAR CON BUEN PIE


El regreso de las vacaciones es duro para todos, pero cuanto antes nos hagamos a la idea, mejor. Para ello, proponemos algunos consejos para que tus hijos empiecen el curso con buen pie.

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RECUPERAR HORARIOS

Durante las vacaciones de verano los horarios han sido mucho más flexibles y hay que volver a la rutina. Comenzar con los horarios normales de irse a la cama pronto y despertarse temprano con al menos dos semanas de antelación, nos ayudará a crear rutinas lo antes posible y nos garantizará que los primeros días de colegio no sean un desastre. También es muy recomendable recuperar los horarios de las comidas, que también suelen ser variables durante las vacaciones.

DEDICAR MÁS TIEMPO A ACTIVIDADES DIDÁCTICAS

A medida que se acerca el curso escolar, los niños han de dedicar más tiempo a tareas escolares o actividades que fomenten su mente que al juego. De esta manera, no le será tan difícil adaptarse a la nueva rutina en la que el ocio pasará a un segundo plano y las obligaciones escolares serán lo primero. Si no han acabado los deberes de verano, es ideal que gradualmente vaya aumentando el tiempo que les dedica a medida que se acerca el primer día de colegio. Llevar las tareas de verano terminadas será el primer paso para empezar el curso con buen pie.

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COMPRAR SOLO EL MATERIAL NECESARIO

Los niños suelen asociar la vuelta al cole con compras: uniformes, material escolar… Debemos dejarles claro que solo les compraremos lo que estrictamente necesiten. Es muy importante que desde pequeños les alejemos del consumismo y les enseñemos a valorar lo que tienen y a no pedir más de lo que necesitan. Una buena idea antes de ponernos con las compras de material escolar es comprobar qué materiales del año pasado se pueden reutilizar. También es importante hacer partícipes a los niños en las compras del material escolar para que se sientan implicados en el inicio del curso y lo hagan con más ganas. También les ayudará a que se comprometan más a cuidar sus cosas y a no perderlas al haberlas escogido ellos mismos.

REDUCIR LAS DISTRACCIONES DEL HOGAR

Durante el verano puede que les hayamos dejado más de lo normal usar el ordenador, la Tablet, los videojuegos o ver la televisión. Debemos cambiar estos hábitos antes de que empiece el curso escolar para que se hagan a la idea de que durante esta etapa, este tipo de distracciones se acabarán o se reducirán muchísimo. Una buena idea es sustituirlas por otras actividades divertidas pero didácticas, como por ejemplo, los juegos de mesa.

PREPARAR TODO LA NOCHE ANTERIOR

Debemos acostumbrarnos a preparar las necesidades del día a día la noche anterior para ahorrarnos tiempo por las mañanas y lograr que estas no sean un caos absoluto. Preparar la ropa del día siguiente o los uniformes, el almuerzo y la mochila será fundamental para empezar cada día con buen pie y sin prisas. En este sentido, también es interesante que la higiene diaria la hagamos por la noche y que nos levantemos con tiempo para llegar un poquito antes al colegio y evitar posibles contratiempos que nos hagan llegar tarde.

DAR EJEMPLO

Los padres somos los referentes de nuestros hijos, por ello, si nosotros somos los primeros que se ponen horarios, preparan sus cosas la noche anterior, etcétera, conseguiremos más fácilmente que nuestros pequeños también lo hagan.

AUTOR: Ana Canfrán

viernes, 17 de noviembre de 2017

NO DEJE GANAR A SU HIJO, NO LE HARÁ MÁS FELIZ



amp.elmundo.es

A comienzos del siglo XX, la máxima aspiración de los padres era que sus hijos crecieran sanos: a mediados del mismo siglo, la historia se desvió hacia la formación; se querían vástagos listos y con estudios. En nuestra época, la cuestión se centra principalmente en que los chavales sean felices. Un 85% de los padres españoles se confiesa «preocupado por el futuro de la felicidad de sus hijos».
Quien ha disfrutado o padecido, todo según se mire, la paternidad descubre enseguida que por muchos manuales o consejos que se lean o escuchen, la práctica no se adapta muchas veces a la teoría. El concepto de felicidad ha evolucionado como lo ha hecho la sociedad. Y los padres viven un constante proceso de 'actualización' que muchas veces no da tiempo a digerir. Hemos hablado con miembros del Comité de Expertos de Imaginarium para tratar de saber cómo ayudar a los pequeños a alcanzar la felicidad y a enseñarles a que sean conscientes de ella. Una conclusión: "Durante la infancia se forjan los valores para ser felices de adultos".


TIEMPO DE CALIDAD


Ésta es la esencia y se traduce ni más ni menos que en disfrutar con los niños cuando estamos con ellos. "No vale de nada compartir espacio, si los mayores están con el portátil y los niños con la consola", explica Ana Saro, psicóloga clínica. Se da la paradoja de que pese a que casi la totalidad de los padres encuestados entiende que realizar actividades que estimulan el desarrollo social, intelectual o emocional de los pequeños es clave para su felicidad, el 33% admite no hacerlo. El principal motivo: la falta de tiempo. Más del 80% tiene claro que si tuviera un horario laboral más flexible podría dedicar más tiempo de calidad a sus hijos.

Si las circunstancias no facilitan el terreno demasiado, habrá que buscar momentos en el día que compensen esa falta de minutos. "Si llegamos a casa a la hora de cenar, intentemos hacer partícipes a los niños de lo que hacemos", asegura Saro, "si sabemos que les gusta que les leamos un cuento antes de dormir, tratemos de mantener ese hábito". Para el 53% de los encuestados, "sentirse valorados y queridos" es un factor esencial para el bienestar de sus pequeños.

GESTIONAR EMOCIONES



"Sabemos que estamos felices porque lo podemos oponer a otro estado que es el enfado o la frustración", explica Ana Saro. "Al niño conviene hacerle ver cuándo está bien, preguntarle para que identifique esas emociones... Y hay que hacerlo desde que empiezan a jugar, a descubrir el mundo...". El juego y una sociabilización correcta son aliados perfectos para ello. Un 17% de los padres dice estar seguro de que "sus hijos son felices y, además, valoran y agradecen lo que tienen". Sin embargo, casi un 50% admite "creer que son felices, pero es posible que no sepan expresarlo". Cuando se viva una buena experiencia hay que explicársela y hacerle ver que es un momento positivo, de gozo...


DISFRUTAR DEL ESFUERZO


"No deje ganar a su hijo cuando juega al parchís o le echa una carrera, no le hace ningún favor", asegura Inma Marín, experta en juego y educación, quien defiende la importancia de aprender a gestionar la frustración de los pequeños. Y tampoco le hará más feliz. "Las cosas no siempre van a salir como espera y eso, si no se sabe llevar, acaba siendo un problema". La felicidad también hay que ligarla al esfuerzo. "Y esto se trabaja mucho en el juego. También hay una parte de la felicidad donde se trabaja el no". Quizá haya observado que un bebé deja de apreciar un juguete cuando lo controla. "Es porque busca el reto y ahí ya no lo encuentra".


VOLVER AL PASADO


Muchos padres diseñan el presente y el futuro de sus hijos intentando ofrecerles la vida que a ellos les hubiera gustado tener. "Es un error", concluye Saro. "El mundo ha cambiado mucho y conviene preguntar a los niños". Esto se puede aplicar a la hora, por ejemplo, de elegir extraescolares. No le apunte a violín porque usted siempre se quedó con la espinita de no haberlo tocado; quizá su hijo prefiera la flauta travesera o simplemente no le llame la música.



ENTRENAR LA FELICIDAD


"Un niño tiene derecho a estar triste y hay que gestionarlo y trabajar sobre ello", comenta Inma Marín, experta en juego. Casi uno de cada 10 niños españoles no es feliz. "El 9,6% de los padres cree que sus vástagos no lo son, a pesar de las comodidades y facilidades a su alcance". Según se va creciendo, los retos son mayores y la infelicidad aumenta también progresivamente. "El 22% de los niños entre 9 y 12 años (preadolescencia) no son felices", según sus padres. El porcentaje cae al 16,5% entre los 5 y 8 años; al 10,65% entre 3 y 4 años y al 7,9% en los primeros dos años. "Según van creciendo, los desafíos son mayores y el acto de socializar con iguales es parte clave de la vida", añade Saro, psicóloga clínica.


LIDIAR CON LA INMEDIATEZ


Uno de los grandes retos con los que nos ha tocado lidiar es la inmediatez. Ya no nos conformamos con disfrutar del capítulo semanal de la serie de TV que nos gusta; ahora tenemos que ver toda la temporada cuanto antes. «El umbral de la paciencia ha cambiado radicalmente», añade Marín. "Enseñar a gestionar los tiempos y ese deseo constante de quererlo tener todo al instante es importante".


LA IMPORTANCIA DEL JUEGO


«Hacer que los hijos sean felices es gratis: es jugar y pasar tiempo», concluye Leo Farache, del proyecto Gestionando hijos. «El juego es una visión de la vida adulta». Hay tres pilares, según los encuestados, para garantizar la felicidad futura de sus hijos: un ambiente familiar y escolar sano donde el niño se sienta valorado (53%), compartir tiempo juntos (37%) y explorar el mundo a través del juego real (6,20%). ¿Cuándo fue la última vez que se puso a hacer castillos con su hijo en el parque? ¿La última ocasión en la que terminaron un puzzle juntos? «A los adultos muchas veces nos cuesta salir de nuestra zona de confort», reflexiona Marín. Y de vez en cuando conviene hacerlo. Jugar con los padres es la segunda causa de felicidad (37,5%); por delante, sólo hay un plan mejor: hacerlo con los amigos (39,24%).

AUTOR: AMAYA GARCÍA

domingo, 2 de abril de 2017

5 CONSEJOS PARA MEJORAR LA COMUNICACIÓN CON TUS HIJOS


Reproducimos parte de un interesante artículo que hemos leído en Revista Educación3.0


Nos guste o no somos un modelo para nuestros hijos en todo lo que hacemos. Ellos aprenden de nosotros no solo con aquello que decimos, con nuestro lenguaje verbal, sino más aun con aquello que dicen nuestros hechos y nuestra actitud hacia las cosas.


1.-Tomar conciencia de tu estado de ánimo.
¿Quién no se ha llevado alguna vez los problemas a casa? ¿O ha tenido una salida de tono con alguien ajeno al problema? ¿Te has encontrado cansado y harto, no muy dispuesto a una conversación comprensiva? Nuestra comunicación no es la misma si hemos tenido un día difícil de trabajo, si estamos estresados, con prisas o enfadados. Poner atención en nuestro estado de ánimo nos ayudará a tomar distancia y ser más conscientes de con quien estamos hablando y desde dónde es nuestra comunicación.

2.-Cuánto reconoces y cuánto riñes. 
Dicen los expertos en motivación que se necesitan al menos 5 reconocimientos positivos por cada crítica, para que la persona se sienta en equilibrio y valorada. La verdad es que cuando se acaban algunos días, sobre todo a la hora de finalizar tareas del cole, baños, cenas, cama… posiblemente la balanza no quede tan equilibrara como debería. Las valoraciones, el reconocer las cosas buenas del día pesan menos que las prisas, el hacer esto o terminar lo otro… ¿Cómo lo llevaríamos nosotros, los adultos ante alguien que nos tratara así?

3.-Habla su mismo lenguaje.
La comunicación entre dos personas es como un baile en pareja y para eso es necesario ir al mismo ritmo, y muchas veces nos encontramos  con nuestros hijos bailando distintos ritmos. Ellos están en una melodía tranquila y centrados y tú llegas con tus prisas bailando un rock and roll. O al revés tu estas ya agotada, cansada oyendo un Valls y ellos están con un hip hop a todo volumen. Prueba a acompasar su ritmo y verás unos resultados increíbles, lo que en psicología se llama “rapport” de la comunicación.

4.-Conoce más sobre ellos, qué es lo que les interesa.
Conocer en la etapa que están nuestros hijos, y prestar atención a sus intereses nos abre una puerta a la comunicación creando una complicidad maravillosa. Si les gusta el futbol, sorpréndele, y apréndete el último fichaje o rumor del banquillo de su equipo de fútbol y cuéntale esa noticia en primicia que él no conozca, hará que se habrá un universo  de posibilidades a la comunicación, a la vez que te permita abrir tu campo de conocimiento a facetas que jamás pensaste…

5.-Verdadera actitud de escucha.
Alguna vez mis hijos me han dicho “Mamá te cuento una cosa si me prometes que no te vas a enfadar” o “te cuento una cosa pero si no hablas hasta que yo acabe”… y luego hablas. Esto me hace tomar conciencia de que escuchar es acoger, es recibir al otro, es un permitir que se abran a ti, sin juicios ni represalias. Es generar una comunicación de confianza, poner una red a la caídas de tus hijos, que las habrá, pero que también sabrán que pueden contar-te contigo.

AUTOR: Beatriz de frutos es licenciada en psicología, coach ejecutiva y especialista en Mindfulness y Reducción de Estrés.

domingo, 16 de noviembre de 2014

¿NO ES TUYO? PUES NO LO COJAS

¿Cómo educar para que nuestros hijos aprendan no solo a detectar la corrupción sino a evitarla  y además a rechazarla de plano? ¿Cómo educar en la ejemplaridad?”
Educar en la ejemplaridad es ser consciente de que nuestra conducta informa a nuestros hijos  sobre cómo somos y cómo actuamos ante determinadas situaciones, ofreciéndoles un modelo de comportamiento a seguir.  Ser ejemplar es no aprovecharse, en beneficio propio, de recursos o bienes que no nos pertenecen.  ¿No es tuyo? pues no lo cojas, sería una frase que resume la educación en ejemplaridad. Es un camino que no tiene atajos y en ese camino tenemos  la suerte de encontrarnos  a vecinos, amigos, padres y madres, maestras y maestros, niños, jóvenes, adultos y ancianos. No son seres excepcionales son personas como tú y como yo.
blogs.hoy.es/
5 ideas para educar a los hijos en la ejemplaridad.

1.- Los padres somos ejemplares para lo bueno y para lo malo (aunque no seamos famosos). Lo que los niños ven, los niños hacen. Este era el eslogan de una campaña publicitaria de la asociación Child Friendly  que pone de manifiesto el papel ejemplarizante de los padres en la educación de los hijos.  Es verdad que nosotros los padres somos seres anónimos y que nuestras conductas privadas no tienen la repercusión mediática que la de los personajes públicos, pero no olvides que nuestras conductas educan a nuestros hijos.
2.- Resalta la importancia de los valores colectivos frente a valores  individuales.  Cuando educamos a nuestros hijos tenemos que resaltar la importancia que tienen los demás en nuestra vida y nada mejor que tener presentes las necesidades de los demás para no olvidarlo. Padres que enseñan a sus hijos el valor de ser generosos con los que menos tienen, hijos que ven a sus padres dedicar parte de su tiempo o parte de sus ingresos en ayuda de Asociaciones, ONGs, etc.  Padres que enseñan que pensar en los demás ayuda a pensar menos en uno mismo.
3.- ¡Qué loto que me tocara! A veces educamos utilizando excesivamente criterios económicos y trasmitimos la idea de que ganando dinero no hay problemas. No me voy yo a meter en el pantanal ese de si el dinero da,  o no da  la felicidad porque no lo sé,  lo que sí creo es que el dinero solo vale para comprar cosas, no compra el respeto, ni la consideración,  ni el reconocimiento propio ni el de los demás.
4.-la cuarta idea hace referencia a que el  comportamiento ejemplar se ve sometido a muchas tentaciones y que se puede sucumbir a ellas. En ese caso pedir perdón es necesario pero no es suficiente. Asumir la responsabilidad supone asumir las consecuencias de lo que uno ha hecho y no intentar buscar justificaciones que minimicen el impacto de nuestras conductas. Un ejemplo, “¡Mamá, cómo te pones por un euro que he cogido de tu monedero!”, le gritó un mozalbete de 11 años a su madre. Pues hazle ver que el problema reside en el acto de coger un dinero que no es suyo, que eso se llama robar y lo de menos es la cantidad de dinero que sisa.
Y no olvides que existen muchas situaciones en las que son los padres los que “sisan” de otros “monederos” y algunos lo hacen delante de sus hijos con cosas del tipo: “saltarse un peaje y vanagloriarse de ello”, “usar material de la oficina para interés privado”, decir la frase “a mi en el sueldo me engañaran pero en el trabajo no”, “al pagar en una tienda te dan un cambio equivocado a tu favor y dándote cuenta te lo callas. La mejor manera de ser ejemplares es dándonos cuenta de lo fácil que es salirse del camino.
5.- Y por último, es necesario meterse en la cabeza que no somos una sociedad poco ejemplar. Cuando estás educando resalta la cantidad de conductas ejemplares que se dan a tu alrededor. No eduques desde el pesimismo, no caigas en la tentación de pensar que todo está perdido porque el desánimo es una vía que lleva a la inacción, al fatalismo y al abandono. El pesimismo es caldo de cultivo para la corrupción.
Por cada personaje poco ejemplar que aparece por la tele seguro que hay más de cinco personas ejemplares cerca de ti para que puedas ponerlo de ejemplo ante tus hijos.
Enséñaselo a tus hijos: “¿No es tuyo? Pues no lo cojas”.

AUTOR: Carlos Pajuelo Morán
http://blogs.hoy.es/escuela-de-padres/2014/11/09/como-educar-a-los-hijos-en-la-ejemplaridad/

sábado, 27 de septiembre de 2014

SOBRE LA INCOHERENCIA O CÓMO VOLVER LOCOS A NUESTROS HIJOS

 Aunque intento evitar las generalidades, me atrevería a decir que todos los seres humanos tendemos a educar a nuestros hijos de la mejor forma posible. Ello no implica que sea del mismo modo. Ya sabemos que los términos conciencia y  valores son dos campos a años luz entre unas personas y otras y con un carga de subjetividad contundente y, por desgracia, de carácter a veces temporal o circunstancial. Creo que iba bien encaminado Groucho Marx cuando decía “Estos son mis principios, si no le gustan, tengo otros”…

 Porque, ¿cuánto de coherencia hay entre lo que decimos y lo que hacemos?
 





Enseñamos a los niños que deben ser cuidadosos, cumplir las leyes y mirar a ambos lados al cruzar…mientras que cuando vamos con ellos aceleramos como alma que lleva el diablo ante un paso de cebra en rojo. Sermoneamos continuamos con la frase “no hay cosa que más odie que la mentira”, y al cabo del rato, cuando llama la suegra -para nuestra niña, su querida abuela- con toda la desfachatez del mundo, al tiempo que bajamos el volumen de la tele, le suplicamos en voz baja “dile que ahora no puedo ponerme, que estoy con la cena”.