En este taller patrocinado por la Fundación SM , Silvia Álava nos
habla de los primeros pasos para educar en la felicidad, de 0 a 6
años. Esta experta ofrece pistas para sentar la base de la felicidad
en los primeros años, promoviendo la autonomía, ofreciendo más atención en
positivo que en negativo, educando en valores y disfrutando de los pequeños
momentos.
Todos y todas queremos que nuestros hijos sean felices, pero quizá haya que explicar qué es la felicidad. Para esta psicóloga,la felicidad de nuestros hijos pasa por hacerlos más capaces”. Silvia nos anima a “ponernos las pilas y educar en positivo”, sacando a relucir una cita de Pitágoras: “Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres”.
Otro de los
grandes temas que quiso tratar en su taller fue la sobreprotección: “Los
padres helicóptero resuelven problemas antes de que los niños los tengan. Así
no aprenden”. Silvia preguntó qué necesitamos para enseñar
a los niños a ser autónomos. Nos dio otra clave: tiempo. “Si
yo quiero que un niño aprenda a vestirse, a comer solo, a ser autónomo,
necesito tiempo”. Si tenemos prisa por las mañanas porque vamos
justos de tiempo, optaremos por vestir al niño en lugar de que se vista él solo
a su ritmo, por ejemplo. En el tema de la adquisición de la autonomía, “no
podemos desaprovechar los periodos óptimos de aprendizaje”: hay
un tiempo en el que el niño muestra mucho interés y motivación para adquirir
nuevas destrezas (comer solo, vestirse, por ejemplo). Si dejamos pasar esta
oportunidad porque tenemos prisa o no queremos que se manche, perderá la gran
motivación por aprender y será más difícil adquirir la destreza más tarde. La
tentación de allanar el camino a nuestros hijos para que no sufran es muy
grande, pero Silvia nos pide que “no allanemos el camino para nuestros hijos,
preparémosles para el camino”, o dicho de otro modo, “no
pongamos tanto empeño en que no se caigan, sino ayudémosles a levantarse”.
No podemos confundir la felicidad con darles todo, nos advierte
Silvia Álava, porque no lo valorarán. La felicidad está más relacionada con el
esfuerzo y la constancia. La felicidad, nos quiso contar Silvia, no está reñida
con las normas, porque “dan
seguridad a los niños. Nosotros nos sentiríamos perdidos si no supiéramos dónde
ir”. La experta es partidaria de darles más atención en
positivo (cuando el comportamiento es bueno) que en negativo (cuando su
comportamiento es malo). Y nos dijo: “no cedamos ante las pataletas porque eso
refuerza su conducta. Hay que hacer más caso en positivo y menos en
negativo”.
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