Te recomiendo que tengas a mano un pequeño cuadernito, tu
diario de campo y anotes todo lo que consideres interesante en relación a la
forma de llevar a cabo tu estudio. Llévalo siempre contigo y relee a menudo lo
que vas escribiendo, sobre todo, no pierdas de vista tu objetivo.
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1. ¿Te sientas a estudiar
sin ganas? Lo primero que debes recuperar es la ilusión, la motivación. ¿Has
olvidado por qué estudias? Anota en tu cuaderno por qué lo haces. Cada uno
tiene su motivación, y todas son legítimas: trabajar en algo que de verdad me
gusta, trabajar menos horas y tener más tiempo libre, ganar más dinero…
Recuérdalo: todas valen. ¿Cuál es la tuya? Anótala.
2. ¿Todo te despista?
Decide dónde vas a estudiar y ordena ese espacio. El orden externo te
ayuda a tranquilizarte y a recuperar tu orden interno. Para concentrarte debes
estar sereno. ¿Qué necesitarás? Prepáralo antes de empezar: folios, bolígrafos,
agua, pañuelos, etc.
3. ¿Te duermes cuando
empiezas a estudiar? La fatiga no es buena compañera en el estudio. Aliméntate
bien, cuida tu ocio y descansa lo suficiente. No estudies hasta el
agotamiento. Haz periodos cortos de estudio, con frecuentes descansos y si el
cansancio se te apodera, duerme, descansa, mañana rentabilizarás mucho más tu
estudio.
4. ¿Crees que no tienes
nada de tiempo? Todos lo tenemos, es cuestión de organizarse y aprovecharlo
bien. Anota en tu cuaderno todas tus tareas, numéralas por orden de importancia
y organiza tu día asignando tiempo a cada tarea. Anota al lado de cada una el
tiempo real que te llevó hacerla. Recalcula.
5. ¿Se te olvida lo que
estudias? Enhorabuena, eres un ser humano normal y tu cerebro funciona
correctamente. El olvido es una fase más del aprendizaje que se combate con el
repaso, con la repetición. ¿Sabes por qué recuerdas una oración o una
canción? Porque la has repetido muchas veces, siempre de la misma manera.
Guarda un día a la semana para repasar, bastará con leer el esquema de cada
tema, pero siempre de la misma manera. En el tercer repaso verás como el
contenido está ya fijado.
6. ¿Hay temas que no
entran ni a la de tres? Empieza por esos, divide y vencerás. Empieza
siempre por el tema más difícil, pero haz periodos de estudio más cortos, de
treinta o cuarenta minutos. Descansa cinco y cambia a un tema de esos que
te gustan, unos cincuenta minutos. Luego vuelve al primer tema y, cuando lo
acabes, haz un repaso de todo el tema, para no perder el sentido general. No
olvides premiarte.
7. ¿No encuentras el
momento de ponerte? Contra la pereza, acción. Fija hora y día en el que
empezarás, anótalo y cuando llegue el momento ponte a estudiar. A nadie nos
pide el cuerpo estudiar, eres tú quien debe obligarse. La pereza se doma
estudiando, al final tu cuerpo dejará de resistirse, entonces habrás creado el
hábito.
8. ¿Tienes problemas
personales? Anótalos y resuélvelos antes de empezar, si no, lo único que
harán será distraerte. Ordena tus asuntos y mejorará tu concentración. Recuerda
que el orden interno te ayuda a concentrarte.
9. ¿Te obsesiona el hecho
de desconcentrarte? Acéptalo, la desconcentración está ahí, es normal, todos
tenemos muchas preocupaciones, lo importante es que tomes conciencia de que
existe y apliques estrategias para combatirla. Si estás estudiando y la mente
se te escapa a otro lugar, toma conciencia de este hecho, haz dos respiraciones
profundas y vuelve al estudio.
10. ¿Te vas de una tarea a
otra? Esto es más habitual en el mundo del trabajo, en el que empiezas a hacer
una tarea y te encuentras, sin saber cómo, haciendo otra cosa diferente. En cuanto te des
cuenta, vuelve a la primera tarea, retómala y acábala, no hay nada que agobie
más que iniciar mil cosas y no acabar ninguna.
Tu turno: Ahora te toca a ti ponerlos en práctica ¡Ánimo, tú
sí que puedes!
FUENTE: https://www.masterd.es/blog/10-consejos-para-mejorar-la-concentracion-en-el-estudio/
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