viernes, 6 de abril de 2018

ADAPTA TU MÉTODO DE ESTUDIO AL TIPO DE EXAMEN


Muchos alumnos cometen el fallo de emplear siempre el mismo método de estudio, sin reparar en algunos detalles como son: el tipo de materia que se preparan o el tipo de examen al que posteriormente se van a enfrentar. El alumno tiene que reflexionar sobre este tema. 

¿Adaptas tu método de estudio al tipo de examen? ¿Estudias siempre igual, independientemente de cómo sea tu examen: desarrollo, tipo test, preguntas cortas, práctico u oral? Piénsalo detenidamente.
 
orientanova.com
Evidentemente no has de estudiar siempre igual, debes de adaptar tu método de trabajo a la modalidad de examen que vayas a tener. El método de estudio que sigas para estudiar un examen de desarrollo extenso, no será eficaz para preparar un examen de preguntas cortas o tipo test y viceversa.
Lo más importante de todo es, que previamente tengas la información que necesitas sobre el examen: cómo será, tipo de preguntas que te harán, contenido concreto que has de estudiar, cómo te puntuarán, qué capacidades necesitas para abordar con éxito ese examen, etc. y después pienses en cómo has de realizarlo y preparártelo.
Un examen de desarrollo, precisa de realizar un trabajo previo de comprensión y organización de las ideas generales y específicas del tema a estudiar. Para ello deberás comprender bien la estructura general del tema y realizar  esquemas generales y específicos que te permitan llevar bien estructuradas las ideas en tu cabeza.
Un examen de preguntas cortas o tipo test precisa, además del trabajo previo de compresión y organización de las ideasfijarse sobre todo en aspectos concretos como son: definiciones, conceptos, características, fases, funciones, etc. Las preguntas serán mucho más concretas,  por lo que el estudio ha de dirigirse mucho más a los detalles. Este método de estudio es más memorístico que el empleado en un examen de desarrollo amplio. En los exámenes tipo test, además suelen plantearnos preguntas “trampa” por lo que durante el estudio, deberás anticiparte, localizar, deducir y extraer aspectos como pueden ser: diferencias, similitudes, rasgos, características, etc. que en muchas ocasiones vienen camuflados en el desarrollo de texto.
Los exámenes prácticos requieren de una preparación previa sobre los aspectos prácticos que puedan aparecer en el examen. Es imprescindible la experiencia práctica para poder abordarlos con éxito, por lo cual busca material que te permita practicar y adquirir las habilidades que necesitas.
Por último, el examen oral, requiere también un trabajo previo de comprensión y organización de las ideas. Resulta muy útil la preparación de un guión cronológico sobre los aspectos que debes tratar en la exposición. Llevar muy bien ancladas las ideas en la mente y saber expresarlas coherentemente. La práctica para una exposición oral es imprescindible, por lo que deberás practicar tu propia exposición.

martes, 20 de marzo de 2018

`AUTÉNTICOS´, DOWN ESPAÑA

Para celebrar el Día Mundial del Síndrome de Down en 2018, que se celebra el 21 de marzo, DOWN ESPAÑA lanza ‘#Auténticos’, su nueva campaña para aumentar la visibilización de las personas con esta discapacidad intelectual y, de esta forma, mejorar su inclusión social. Esta campaña pretende reflejar precisamente eso, la autenticidad de las personas con síndrome de Down, su naturalidad y espontaneidad. El auténtico es el que no tiene imitación, el genuino, el que se muestra tal y como es, sin artificios. 

martes, 6 de marzo de 2018

miércoles, 14 de febrero de 2018

EDUCAR SIN PERDER LOS NERVIOS


Diez claves para intentar mantener la calma y ejercer una paternidad positiva

Save the Children España, con la colaboración del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, ha publicado una guía con diez consejos prácticos sobre paternidad positiva y buen trato:
prensaescuela.es

1.- Haz caso a tu hijo siempre: atiende y entiende sus demandas. El bienestar emocional y el correcto desarrollo del sistema nervioso del niño y de sus capacidades (lenguaje, memoria, atención) dependen de la respuesta protectora del adulto. Si las necesidades del bebé no son atendidas, experimenta sentimientos de indefensión que afectan negativamente a su desarrollo.

2.- ¡Ármate de paciencia! Sé paciente siempre que el niño tenga una rabieta, no quiera colaborar o se muestre esquivo. Ayúdale a verbalizar lo que siente y trata de confortarle. Añadir más tensión a la situación con gritos o amenazas no sirve de nada.

3.- Pon normas claras, realistas y consistentes, ¡pero no cuando estés enfadado o cansado! A partir de los 3 años puedes introducirle normas. Desde pequeño debe tener claro que hay límites, deberes y responsabilidades. Las normas se establecen sin amenazas, hablando e implicando al niño.

4.- Déjale participar en las decisiones: escucha su opinión. A partir de los 5 años, permítele participar en el establecimiento de normas de convivencia familiar y también en las posibles sanciones. Sentirá que su opinión importa y desarrollará su sentido de la responsabilidad.

5.- Demuestra abiertamente que le quieres, con abrazos y atención. Cuidar el vínculo afectivo desde que es un bebé y durante las distintas etapas ayuda a superar los conflictos cuando surgen. Expresa siempre tu apoyo y cariño (te guste o no cómo es o las cosas que piensa o decide) y dedica tiempo a escucharle: qué le preocupa, qué le hace feliz, sus miedos… No esperes a que tenga 14 años para hablar con él o para pedirle que confíe en ti. Será demasiado tarde.

6.- Asume los cambios que se producen en la adolescencia y adáptate a ellos. No te enfrentes a esa evolución. Mejor acompáñale en esa nueva etapa ofreciéndole lo mismo que en las anteriores: afecto, diálogo y normas de convivencia.

7.- Practica la escucha activa. Presta atención a lo que quiere decirte y devuélvele esta información para asegurarte de que lo has entendido. Trata de ponerte en su lugar y expresa cómo te sientes, para que él también te entienda a ti.

8.- No recurras nunca a la violencia o a la agresividad: no sirve de nada. No utilices actitudes agresivas como insultos, amenazas o reproches. No lo compares con otros niños. Las imposiciones de poder como «en mi casa se hace lo que yo diga» o «aquí mando yo», no sirven de nada, solo generan sentimientos negativos, distancia y desconfianza.

9.- Respira hondo y piénsatelo dos veces. Ante un conflicto que te ponga furioso, no tomes decisiones demasiado rápidas de las que te puedas arrepentir. Es mejor que te des un tiempo para reflexionar sobre el asunto y tomar una determinación. En todo caso, no le impongas sanciones poco realistas que no pueda cumplir ni objetivos desproporcionados o difíciles de alcanzar.

10.- ¡Cuídate y quiérete tú también! Busca espacios para ti, para disfrutar y relajarte. Ejercer una paternidad positiva requiere mucho esfuerzo y generosidad. Tu hijo necesita que seas feliz y estés en plena forma.

TOMADO DE: Ana T. Jack @anatjack